En pleno Pirineo Aragonés se encuentra el espectacular espacio del Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel, y entre sus elementos más sobresalientes destaca el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, joya de la época medieval.
El territorio en el que se encuentra San Juan de la Peña es un espacio natural con una biodiversidad sorprendente. La gran roca que le da el nombre, al igual que Oroel, es un enorme sinclinal colgado de conglomerados, con cimas en los montes de Cuculo y San Salvador.
En el entorno crecen grandes masas forestales, donde destaca el pino silvestre, la encina o carrasca, el quejigo y el boj. En las zonas más protegidas hallaremos plantas que requieren una mayor humedad atmosférica, como el haya. En los acantilados se desarrollan especies rupícolas de gran interés botánico, como la oreja de oso o la valeriana longifolia.
Las setas, de gran abundancia, y diferentes tipos de aves completan un ecosistema lleno de vida, destacando las rapaces y los necrófagos, como el buitre común o el alimoche, además de la fauna típica del bosque: jabalíes, zorros, ginetas, garduñas, corzos…
En las inmediaciones de ambos monasterios existen numerosos miradores a los Pirineos, entre los que destacan el Balcón de los Pirineos y el Mirador de San Voto, así como como diversas ermitas.