El claustro del Monasterio de San de la Peña es una auténtica joya del románico y un espacio único por albergarse bajo el espectacular saliente rocoso de la peña que le da nombre. También lo hace único la impresionante sucesión de escenas religiosas representadas en sus capiteles y estar abierto a un espectacular paraje natural protegido.
El claustro es uno de los espacios más valiosos e imprescindibles en la visita al Monasterio Viejo, culmen del itinerario. Si tienes la oportunidad, te animamos a visitarlo a distintas horas del día por los cambiantes juegos de luz sobre las formas escultóricas.
Los capiteles se atribuyen al denominado Maestro de San Juan de la Peña o también llamado Maestro de Agüero – en alusión a los capiteles de la portada de la iglesia inacaba de Santiago, en la localidad de Agüero-. El trabajo de este artista anónimo se identifica en numerosos edificios de Navarra y del norte de Aragón.
Los capiteles del monasterio, parcialmente perdidos, datan del siglo XII, por lo que en su totalidad debió ser un conjunto escultórico espectacular. Si se pasea con detenimiento se puede apreciar que es una auténtica biblia en piedra cincelada magistralmente con escenas minuciosas y de gran dinamismo.
En los capiteles, enmarcados bajo arcos con cenefas de taqueado jaqués, se observan representaciones del ciclo del Génesis, como la creación de Adán y Eva y el Pecado Original con la expulsión del paraíso; continúa la representación de momentos de la infancia de Jesús, y pasajes como la Anunciación a la Virgen María, la Visitación, el Sueño de San José o los Reyes Magos.
También son de gran interés las representaciones de momentos de la vida pública de Jesús, como las Bodas de Caná, considerado el primer milagro de Jesús, la resurrección de Lázaro, la entrada de Jesús en Jerusalén, uno de los más interesantes y mejor conservados, o la última cena.
La mano del denominado Maestro de Agüero, además de en los capiteles de la mencionada cabecera de esta iglesia de Agüero, en la Comarca de la Hoya de Huesca, se ha identificado en otros templos como San Pedro el Viejo de Huesca, o en las Cinco Villas, en iglesias como las de San Salvador de Ejea de los Caballeros, San Gil en el pueblo de Luna o la iglesia de Santiago de Luesia.